Lo nuevo muchas veces es algo viejo que se ha quedado olvidado por demasiado tiempo. Ahora que el uso de cannabis es cada vez mayor, tanto con fines medicinales como recreativos, (re)aparecen todo tipo de productos que buscan atraer y satisfacer las necesidades de nuevos consumidores. Entre estas novedades se empieza a poner de moda en ciertos círculos la tintura de cannabis, que no es otra cosa que un extracto similar al láudano, pero hecho con marihuana en lugar de opio.
La tintura es un concentrado de THC y CBD (los cannabinoides más apreciados de la planta) en alcohol. Su aspecto puede ir desde el de un líquido incoloro y traslúcido a un color verde intenso o ambarino. Ya en el siglo XIX aparecía la tintura cannábica referida en la famosa revista médica británica The Lancet. Sin embargo, su floreciente carrera en la industria farmacéutica como alternativa a la tintura de opio no duró mucho tiempo y empezó a prohibirse a la par de la criminalización de la marihuana.
Usos terapéuticos
La tintura de cannabis que contiene mayores cantidades de CBD, el cannabinoide que se utiliza en la industria farmacológica y que no tiene efectos psicoactivos, tiene propiedades medicinales como analgésico, antiinflamatorio y antiespasmódico. Hay estudios recientes del cannabidiol (CBD) que sugieren que puede ser usado también como antipsicótico en ciertos casos.
Usos recreativos
La tintura que se emplea con propósitos psicoactivos y recreativos tiene una gran cantidad de THC. Su concentración suele ser muy elevada, por lo que generalmente se diluye en agua, zumos u otras bebidas, o se ingiere mediante un cuentagotas. Los efectos perseguidos por sus consumidores son euforia, alteración de los sentidos y la percepción del tiempo, delirios o alucinaciones.
Con la creciente despenalización de la marihuana en los Estados Unidos, muchos bares han empezado a incorporar la tintura de cannabis como un ingrediente para pintorescos cocteles. Sin embargo, la combinación puede ser contraproducente, debido a que el THC tiene un efecto supresor de las náuseas y el vómito, que funcionan como mecanismo de protección natural del cuerpo para evitar una intoxicación alcohólica fatal.
Por otro lado, la alta concentración de THC en ciertas tinturas de cannabis hace que estas sustancias puedan resultar muy peligrosas, llegando a generar problemas metabólicos, crisis de ansiedad o trastornos psicóticos.