Sin intentar que un adicto no valore la realidad de una forma diferente no es garantía para la abstinencia, a demás pensamos que gracias a la estabilidad que ofrecen este tipo de terapias, el adicto sabrá convivir con su realidad emocional de por vida. El adicto y sus familiares conviven con sus emociones distorsionadas, frustrantes y complicadas, durante gran parte del tratamiento y, es tan importante aceptar este proceso como el que les llevó a el.