En todos los procesos de recuperación existe un punto de inflexión en el que el paciente, harto de su vida relegada al consumo, decide ponerse en manos de profesionales para acabar de una vez por todas con una situación insostenible que ya no le produce ninguna felicidad, más bien todo lo contrario.
«Hasta que puse los pies aquí no he podido entender lo que me sucedía»
Esa sería la primera premisa para comenzar un tratamiento, darse cuenta de que no se puede seguir así. En este testimonio, nuestro paciente nos cuenta que ya no sentía que su familia estuviese cerca de él, que había perdido el control de todo y que tenía que robar y ponerse violento para conseguir y costearse el consumo. Todo esto le trajo varios problemas judiciales y afirma que se convirtió en una persona «muy difícil de llevar». Vio con claridad que su vida se había llenado de dolor.
Una vez que se comienza un tratamiento de adicción los pacientes se dan cuenta de los grandes cambios que son capaces de dar y lo mucho que el tratamiento les ayuda a mejorar su calidad de vida:
Además, este paciente nos dice que ha podido acabar con sus miedos irracionales y que ha aprendido a concentrarse y a interesarse por cosas que anteriormente rechazaba.
Una vez recuperado comienza un periodo de reflexión donde se valoran todas las hazañas conseguidas:
- Que mi familia me considere uno más
- El sentimiento de dignidad que tengo hacia mí mismo
- Levantarme por la mañana y no estar tomando sustancias tóxicas
- Darme cuenta de que no era culpable sino responsable
- Dejar de verme como un monstruo
En palabras de este paciente, esto es lo que les diría a todos los que se encuentren en su situación:
«Ponerse en tratamiento significa llegar a tener una vida satisfactoria, que merezca la pena, porque la vida con droga no es una vida»
Si quieres ver más testimonios de las personas que han acudido a Help Adicciones para recuperarse puedes acceder desde aquí al resto de los testimonios de #HelpEnPrimeraPersona.