Cuando se habla de adicción, la mayoría de la gente estará de acuerdo en que el adicto es una persona con un problema que lo sobrepasa y del cual no logra deshacerse. En este sentido, nos encontramos ante una sociedad comprensiva y dispuesta a brindar apoyo al adicto para superar la situación de dependencia en la que se encuentra.
Sin embargo, basta indagar un poco más para descubrir que también está ampliamente difundida la idea de que el adicto llegó a ese punto a partir de una elección voluntaria y consciente con la que inició la relación de dependencia. Aquí es donde encontramos a la sociedad castigadora, que muchas veces es uno de los principales obstáculos para el reconocimiento del problema por parte del adicto, y que dificulta el proceso de rehabilitación.
Si bien en algunos casos la voluntad explícita y consciente puede ser el inicio de un problema de dependencia, no siempre es así. La verdad es que las adicciones están condicionadas por una cantidad de factores biológicos, psíquicos, físicos y sociales relacionados entre ellos de forma compleja, por lo que no se puede evaluar la situación con una óptica tan simplista.
La Organización Mundial de la Salud reconoce la adicción como una enfermedad progresiva y fatal de carácter físico y psico-emocional que crea una dependencia, bien sea a una sustancia, a una actividad o a una relación. En este sentido, podríamos decir que no existe mucha diferencia entre una persona con problemas de adicción y una persona con problemas cardíacos, visto que estos últimos pudo habérselos ocasionado ella misma de forma “consciente y voluntaria” adoptando malos hábitos alimenticios, por ejemplo.
Una vez que logremos aproximarnos al adicto con esta óptica, será más sencillo, tanto para nosotros como para ellos, encaminarnos a la rehabilitación. Pero ¿por dónde se empieza? Por reconocer que el problema existe.
Para identificar una adicción deben presentarse tres o más de estas condiciones durante al menos 12 meses:
- Fuerte deseo o necesidad de consumir la sustancia.
- Dificultades para controlar el consumo.
- Síndrome de abstinencia al interrumpir o reducir el consumo.
- Tolerancia.
- Abandono progresivo de intereses ajenos al consumo de la sustancia, con una inversión cada vez mayor de tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia.
- Persistencia en el uso de la sustancia, a pesar de notar de forma clara sus efectos nocivos.
Si eres una persona con adicción, o que sospecha tenerla, que estés aquí es una buena señal. Ponte en contacto con nosotros y juntos empezaremos el proceso necesario para que lleves la vida que deseas.
Si sospechas que una persona que conoces tiene un problema de adicción, haz nuestro test de adicción para saber lo acertado de tu percepción. Toma en cuenta que este test no sustituye a una prueba diagnóstica.
El siguiente paso es aproximarse al adicto y ofrecerle ayuda. Es posible que esto no sea tan sencillo, pues la negación forma parte del problema de dependencia. Afortunadamente, estamos preparados para asistirte en el intento de ayudarle a reconocer el problema. La recuperación es un proceso largo y difícil, pero posible.
Te aconsejamos descargar nuestra ‘Guía de lucha contra las drogodependencias’ puesto que te servirá de orientación y ayuda.
La adicción es una enfermedad que con un buen tratamiento se sale con dignidad